Jonathan Wagner, miembro fundador del Comité de Educación de USATAA, 2007.
Traducido por C. De Diego
La palabra Adolescencia, derivada del latín, aparece por primera vez en textos del siglo XV, se usa para describir una etapa del desarrollo de la personalidad. Empezó a usarse con frecuencia a mediados de la década de 1890, cuarenta años después la palabra adolescencia era de uso común y aludía a las personas comprendidas entres 13 y 18 años.
Este período de la vida de las personas era reconocido como algo especial por J. Piaget, S. Freud y E. Erikson, en el proceso de su desarrollo. Más recientemente, L. Kohlberg dedicó su vida e investigación académica a trazar el desarrollo moral y ético de esta etapa.
Dos cambios importantes: El crecimiento y desarrollo de los «estudios de la neurociencia» por un lado y, por el otro, un cambio rápido cultural y social que llevó a considerar otro modelo para definir y describir la adolescencia. Jonathan Wagner incluye en esta nueva conceptualización de la adolescencia la etapa o fase Eriksoniana, psicosocial del joven adulto.
La Neurociencia nos ofrece ahora la posibilidad de apoyar y corregir el gran trabajo innovador de Piaget y Freud y clasificar las diferencias entre la perspectiva visual de aprendizaje que domina un niño por debajo de 5 años y el aprendizaje cognitivo que añade a la memoria hacia la edad de cuatro años.
El rápido cambio cultural del siglo XX sobrepasó a mucha gente que vivía en el tercio final de la centuria, que nos llevó hacer adaptaciones en el desarrollo psicosocial.
Cuando miro atrás en este período, me encuentro haciendo revisiones del entendimiento de la adolescencia que había hecho en la década de 1980 a personas que en un principio estaban confusas. Recuerdo mi introducción al tema cuando les decía «Puede que ustedes. se sorprendan mañana o quizás dentro de algunas semanas cuando lo que están oyendo hoy aquí cobre sentidopara vosotros». Todavía me gusta emplear palabras que empiecen por la letra «I» al referirme a los elementos que necesitan ser resueltos en este extenso período de la adolescencia. Esas tareas son: ideas, identidad, «industria» (productividad), independencia, intimidad e interdependencia. Yo quiero añadir la idea de que estas tareas de aprendizaje y compresión necesitan ser «recicladas» en los períodos de adolescencia temprana, media y tardía.
La Adolescencia Temprana empieza en el estímulo del crecimiento que finalmente permitirá a la etapa formal operacional de Piaget ir más allá del proceso de aprendizaje visual perceptual. Es esta nueva habilidad lo que permitirá el desarrollo de la identidad, que requiere un nuevo esfuerzo de productividad. Esta etapa va a poderse llevar a cabo con más facilidad si los padres pueden adaptarse a los cambios adolecentes, que se suscitan entre querer ser un niño conformista y adaptado y sus intentos a menudo torpes de mostrar su individualidad.
La Adolescencia Media empieza después del instituto y el hecho de adquirir mayor responsabilidad en aprender habilidades para el trabajo, así como mayor libertad para ir y venir de la casa de los padres, introduce un vínculo creciente entre independencia y productividad y diligencia. Esto también contribuye a un refinamiento de las ideas, al tiempo que el cerebro desarrolla habilidades para la reflexión previa.
Es en la Adolescencia Tardía donde los cambios culturales y sociales son propensos a causar más stress emocional. Al ser el período de la educación mucho más extenso supone presión a los hijos al tener que buscar domicilio independiente, esto supone tensión en las relaciones padres‑hijos y en las relaciones sociales de intimidad. La intimidad y la interdependencia sufren un serio golpe cuando los jóvenes adultos no se van o vuelven al domicilio parental durante largos períodos después de terminar sus estudios. La dificultad de encontrar trabajo suficientemente remunerado crea tensión entre la propia idea de independencia y éxito en el trabajo.
Mayor información sobre este tema de la adolescencia se puede encontrar en la web site de USATAA.
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